Cerrar la brecha entre la Estrategia y la Operación es el camino a la construcción colectiva de los futuros posibles

La coyuntura actual en este escenario de pandemia, ocasionada por la expansión del virus SARS-CoV-2, denominado mundialmente CoVid-19 nos ha puesto en frente de un reto global para la humanidad: la Geoempatía sin fronteras. Es decir, el poder interiorizar que en los diferentes contextos en que el ser humano, desarrolla su accionar, las relaciones causa-efecto tienen un impacto global.

 

Es así cómo, empiezan a cobrar fuerza conceptos que anteriormente veíamos cómo tópicos de conocimiento, teorías, aproximaciones desde la ciencia, líneas desarrollo, a convertirse en pilares y focos de nuestro día a día.

Nos encontramos en un ecosistema global en el que la gobernanza, la gobernabilidad, la participación ciudadana, la Hiperconectividad, la innovación, la estrategia, y la visión de futuro, tienen en común la empatía y las visiones compartidas. Hoy más que nunca metáforas y analogías cómo el efecto dominó, el efecto mariposa, entre otras., nos aterrizan a un contexto en el que los límites y las líneas de divergencia son más atenuados.

Si bien, siempre hemos propendido por la diferenciación de lo público-privado, de lo académico-político y de lo posible-deseable, estamos ante un momento histórico en que las disyuntivas deben volverse convectivas.

La riqueza del conocimiento está en su diversificación, uso y creación, colectiva, en trascender de los límites de un enfoque disciplinar y aprovechar la riqueza transdisciplinaria que nos ofrece la interacción de lo científico, lo no científico y lo ancestral.

El conocimiento es cómo un flujo de energía el cual dependiendo del medio es más eficiente, necesita el equilibrio para ser encausado en una función social y no generar pérdidas de energía en los sistemas que nos ayudan a gobernar el mundo (conocimiento no aprovechado, recursos subutilizados). Lo anterior nos lleva a ser reflexivos desde nuestro rol en los diferentes nichos en que interactuamos (familia, institución, territorio, país, mundo), lo que nos permitirá desarrollar una función simbiótica en pro de construir una sociedad interconectada.

Siendo importante convertirnos en gestores de cambio al interior de nuestras instituciones u organizaciones participando activamente en sus procesos, conociendo los logros alcanzados, generando discusiones constructivas y siempre en pro del bien común, aquí los grupos de interés toman una relevancia significativa para la promoción de gobernabilidad, lo anterior conllevará al crecimiento significativo y de proyección social en nuestra sociedad.

 

 

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